¿Qué es un intercambio intercultural? Yo hasta hace poco
no hubiera sabido responder con certeza a esa pregunta. No había participado en
una actividad como esta en mi vida, en gran parte por desconocimiento (si llego
a saber de su existencia antes, seguro que ahora sería un experto
intercambiador intercultural), por otra parte falta de tiempo; no lo sé. Pero
me alegro de haber entrado un día en la oficina de Fundació Catalunya
Voluntària y haber descubierto este pequeño mundo. De la noche a la mañana me
vi convertido en group leader para un intercambio de gente joven en Portugal.
Yo, con mi ingles nivel 0 y sin saber por dónde empezar… Pero aquí estoy ahora
escribiendo este pequeño artículo. Eso es porque al final todo ha salido a
pedir de boca.
El trabajo para reclutar al grupo español no fue nada
fácil, pero encontramos a dos jóvenes malagueños, Ana Yara y Guillermo, que
hicieron un gran esfuerzo por asistir al evento, y la verdad es que no podría
haber tenido mejores compañeros.
Haciendo balance de esa semana, es fascinante como 35
personas completamente desconocidas, de países y culturas diferentes, se
interrelacionan y comparten sus experiencias, trabajan juntas en equipo, se
divierten y dan lo mejor de sí mismas. El primer día, piensas que eres incapaz
de conocer los nombres de cada chico y chica; pero cuando acaba la semana,
vuelves a casa pensando en cada uno de ellos. Eso es un intercambio
intercultural.
Durante la semana realizamos una buena cantidad de
actividades diferentes, pero si tengo que mencionar algunas, sin duda empezaría
por las noches interculturales. Sencillamente geniales. Era una forma
divertidísima de conocer a los demás países y sus culturas. Bailes típicos,
gastronomía, tradiciones… Mención especial a Bélgica y Hungría: consiguieron
embriagar hasta al vigilante del parque con sus licores extremos.
Otra de las actividades más satisfactorias fueron los
trabajos de voluntariado, una buena forma de entrar en contacto con el trabajo
altruista. Por otro lado, los talleres de reflexión, directamente relacionados
con la temática del intercambio (aunque no todos) nos ayudó a intercambiar
ideas y opiniones con los demás participantes, algo que me resultó muy
agradable e interesante.
Por supuesto, nuestro día libre en Lisboa fue
inolvidable. Una ciudad digna de visitar, con sus antiguos y diminutos
tranvías, sus calles adoquinadas, llenas de vida, sus plazas… Sin duda, Lisboa
desprende una magia que encandila y te pide volver.
Evidentemente, no todo fue perfecto, algunas actividades
no fueron lo que se esperaba y algunas cosas fallaron. Pero no es necesario
darle más importancia, pues lo que queda en el recuerdo es un buen sabor de
boca.
Hay que dar un 10 a la organización portuguesa por el
alojamiento que nos ofrecieron. El parque municipal Cabeço de Montechique donde
pasamos toda la semana es precioso, enorme y plagado de naturaleza. No nos
faltó de nada, los trabajadores del parque eran muy amables y atendieron a
todas nuestras necesidades.
Este ha sido mi primer intercambio y a la vez mi primera
experiencia como group leader, y sin duda el esfuerzo ha merecido la pena. “No
pain, no gain”: objetivo cumplido.
Rubén Mateos
No comments:
Post a Comment